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Tales From the Borderlands - capítulos uno y dos.



Digamos que podemos dividir las narrativas sobre la frontera, las que tienen en el western su paradigma, en dos categorías según las representaciones cinematográficas que se han realizado. Aunque en ambas se muestra la frontera como un lugar hostil, ambiguo y difuso en el que la ley está ausente, existen diferencias en cómo los personajes abordan esta situación. La frontera, además, no es solo un lugar físico, sino que escenifica los conflictos internos de los personajes que deben adecuarse a esto y tomar partido. Por una parte, tenemos las narrativas John Ford; en estas narrativas se concibe la frontera como un lugar a civilizar. Lo que representa el barbarismo se encuentra fuera de las puertas de la ciudad (forajidos,  indios, el desierto). Así, el objetivo final de los personajes es reconducir, mediante la Ley, la falta de civilización. Suelen ser relatos de sheriffs solos ante el peligro, de cowboys que se enfrentan a injusticias, o de la defensa del statu quo frente a los bárbaros invasores. Son narraciones de búsqueda de raíces donde asentar los cimientos del futuro, de explorar la autenticidad en un lugar donde esos conceptos se están formando.

Por otra parte tenemos las narrativas Sergio leone, aquí los protagonistas se sitúan extramuros. Son los indios, los cuatreros, los bandidos, los desposeídos, los ronin, aquellos que toman la palabra. Incluso aunque su impulso pudiera ser bondadoso, la justicia, la civilización y la Ley les traen sin cuidado. Existe siempre una Ley diferente, la moral, que posee unos mecanismo distintos de los que rigen a la Justicia. Son relatos híbridos en cuanto a géneros: tanto beben del thriller, como de la comedia, como de relatos de samuráis. La pureza les queda lejos: cuantas más referencias mejor. A veces ambas narrativas se cruzan y entonces salta el conflicto entre los que piensan que debe seguirse la Ley que el Estado impone y otros que creen que ellos, los habitantes de los pueblos, deben ser sus propios amos, pues el Estado centralizado queda tan lejos que resulta una abstracción; Deadwood, el western de la HBO, es un ejemplo de esto último.

Otra colaboración para antihype. El resto del artículo aquí

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