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Gonna see miss Liza y la mala fe


Hay varias maneras de entender el concepto de mala fe en Sartre. Señalaré las dos  más populares. Advierto que están relacionadas.

Por un lado, el que se afirme por parte del existencialista de que vivimos en un mundo sin Dios nos abre la puerta a la absoluta libertad para la toma decisiones sobre nuestros actos. Esta libertad tiende a agobiar a la persona que se sabe libre de su devenir. Estamos atrapados siendo libres. Como por lo general somos incapaces de sobrellevar el peso de la libertad tendemos a actuar como si no lo fuéramos. Al rehuir actuar libremente queremos evitar responsabilizarnos de las consecuencias de nuestros actos. Eso es mala fe. Podría parecer que esto no sucede así, pero supongamos que tenemos que tomar una decisión trascendente entre dos opciones –las decisiones en Satre deben ser importantes, afectar directamente al ser; decidir entre tostada o barra de pan con tomate en el desayuno, bien… dejémoslo… -¿Cuántas veces postergamos la decisión o tratamos de que otros la tomen por nosotros solo por evitar las consecuencias de nuestra libertad de elección? ¿Cómo elegir entre espos@ o amante? –las decisiones en Satre deben ser importantes, afectar directamente al ser; decidir entre tostada o barra de pan con tomate en el desayuno, bien… dejémoslo…

Por otro lado, según la conocida cita de Sartre “la existencia precede a la esencia” se puede pensar que primero se es y luego uno es algo que es igual a las decisiones que toma. "Un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto (…) surge en el mundo , y después se define (…) empieza por no ser nada (y será cómo se haya hecho". El ser, así, se realiza en la acción.



Si soy un marinero (en algunas páginas que consulté para no meter la pata demasiado encuentro que usan a Popeye en la discusión sobre Sartre pues se le atribuye la existencial frase “Soy lo que soy”) mi ser no equivale a ser-marinero. Esto implica que no debo creer que he de comportarme como haría el arquetipo de marinero De esta forma parece que delego mi responsabilidad de ser quién soy a otra cosa –como seria el ser-marinero. También así no automatizo mis decisiones creyendo que debo actuar tal y como se espera que actúe un marinero. Estamos incurriendo en mala fe cuando obviamos que nosotros no equivalemos a un rol específico (o cualquier otredad) y actuamos como si fuéramos esa otra cosa.

En ambos casos el ser estaría siendo inauténtico.

El otro día, mientras era incapaz de dormir, seguramente porque no me hago cargo de asumir mi propia libertad, estuve buscando un ejemplo de mala fe para aplicar al modelo de agencia en David Vellaman. Tal vez me estaba comportando como creo que es ser-filósofo, esto es, con mala fe. No viene al caso. La cuestión es que quería  buscar otro modelo diferente al del camarero. Ese que usó Sartre que ilustrase la mala fe –del otro ejemplo que se suele citar, el de "la mujer en su primera cita", prefiero obviarlo, que ya tuvo bastante Simone de Beauvoir con aguantar al filósofo francés -. En el ejemplo del camarero, Sartre advierte en los actos de un camarero que este se comporta de forma muy de camarero. Detecta mala fe en el hecho de que ese chico trata de mostrarse como se supone que debe ser un camarero, y, por esto, está siendo inauténtico. Está dejando de ser para ser el objeto que representa. Ahí no hay compromiso ninguno. Renunció a ser libre.

Me vino entonces a la cabeza, decía, una secuencia de la película Take the Money and Run de Woody Allen que podría servirme para reconciliar ambos ejemplos de mala fe: como negación de la libertad por uno mismo y como acto inauténtico fuera-de-sí. ¡Qué mejor ejemplo que uno de un auténtico existencialista!



"I'm gonna see miss lizaaaa
i'm gonna Mississippi…"

Bonus track:  la mala fé explicada en 8 bits


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